Ío es la luna galileana más cercana a Júpiter. Recibe su nombre de Ío, una de las muchas doncellas con las que Zeus se encaprichó en la mitología griega. Fue descubierta por Galileo Galilei en 1610 y recibió inicialmente el nombre de Júpiter I como primer satélite de Júpiter.
A diferencia de la mayor parte de las lunas del Sistema Solar, Ío podría tener una composición química similar a la de los planetas telúricos, principalmente compuestos de rocas de silicatos. Datos recientes provenientes de la misión Galileo indican que puede tener un núcleo de hierro con un radio de unos 900 km.